Excursión a Isla de Lobos desde Fuerteventura

La Isla de Lobos es un pequeño paraíso situado frente a la costa de Fuerteventura. Este islote, declarado Parque Natural, destaca por su belleza y su rica biodiversidad, convirtiéndose en el refugio perfecto para todos los que busquen perderse entre caminos de tierra y playas vírgenes.

Desde antiguos asentamientos romanos y pesqueros, hasta leyendas de piratas y navegantes, son muchos los que se han sentido atraídos por este islote a lo largo de la historia.

Este Espacio Natural Protegido de origen volcánico es Reserva de la Biosfera. Tiene una superficie de 6 km² y aproximadamente 14 km de costa formada por impresionantes acantilados y playas de arena blanca. A pesar de su pequeña superficie, este islote alberga lugares increíbles. ¿Quieres conocerlos? Te ayudamos a planificar tu visita.

¿Cómo ir a la Isla de Lobos?

Son varias las opciones disponibles para visitar la Isla de Lobos. La manera más común es tomando un ferry desde el puerto de Corralejo, en Fuerteventura. La duración del trayecto es de aproximadamente 20 minutos. También es posible llegar por catamarán o contratar un tour que te hará disfrutar de la isla desde otra perspectiva. 

Otra opción es coger un “water taxi” desde Corralejo o vivir la experiencia de hacer la travesía en kayak.

Es muy importante recordar que, para conservar el entorno natural de la isla, cada persona que quiera visitar la Isla de Lobos debe solicitar en la web del Cabildo de Fuerteventura un permiso especial de visita, por lo que no olvides planificarlo con antelación.

Recomendaciones para viajar a la Isla de Lobos

La mayor parte de la extensión de la Isla de Lobos es virgen. El islote cuenta con un único restaurante, situado cerca del puerto. En él podrás comer paella o pescado fresco mientras disfrutas de unas vistas impresionantes. Al tratarse del único restaurante de la Isla de Lobos, la afluencia suele ser elevada, lo que hace interesante reservar con antelación. También existe la opción de llevar comida para disfrutar de un almuerzo en sus miradores o playas.

A excepción del restaurante, no encontraremos ningún otro comercio en este entorno natural. Recuerda llevar en tu bolsa todo lo necesario para disfrutar del islote, sin olvidar protector solar, gorra, sombrilla y agua. ¡Piérdete en su naturaleza salvaje!

¿Qué ver y hacer en Isla de Lobos?

La isla de Lobos debe su nombre a la gran cantidad de lobos marinos que habitaron allí. Actualmente no encontramos este animal en la isla, sin embargo, cuenta con una gran variedad de fauna, flora y vida submarina, desde cactus autóctonos hasta aves migratorias y reptiles endémicos. Cada paso te acercará a un mundo de naturaleza única.

Este entorno natural y salvaje ofrece varios lugares que ver y donde realizar múltiples actividades, especialmente para los amantes de la naturaleza.

Uno de los lugares más populares es El Puertito de Lobos. Sus aguas cristalinas color turquesa rodeadas de brazos de piedra volcánica, convierten al Puertito en uno de los sitios más fotografiados del islote y un entorno perfecto para la práctica del “snorkel”.

Justo al lado del Puertito de Lobos se encuentra el Centro de Visitantes, también conocido como el Centro de Interpretación de Isla de Lobos. Gracias a sus paneles y mapas, este lugar te hará entender de primera mano la historia del islote, así como sus peculiaridades naturales y medioambientales. Es por ello que, este lugar se considera el mejor punto de partida para tu excursión en la isla.

Otro de los puntos de referencia emblemáticos es el Faro de Punta Martiño. Inaugurado en 1865, el faro posee unas vistas panorámicas impresionantes. Además, allí se instalaría el farero Antonio Hernández, que da nombre al único restaurante disponible en el islote.

La Playa de la Concha es la más famosa de la Isla de Lobos y una de las principales de Fuerteventura. Gracias a su característica forma de concha esta playa se resguarda del viento típico de Fuerteventura, creando un ambiente más propio de un lago que del océano. Es por ello por lo que esta playa es ideal para familias.

Pero no todo gira en torno a las playas y el mar. Gracias a la buena señalización de sus caminos y a la escasa dificultad de estos, el senderismo es por derecho propio una de las actividades más populares en la Isla de Lobos. Para ello, es recomendable realizar el Camino del Faro, un sendero circular que te permite conocer los lugares más reconocidos de la isla. Comenzando en la mencionada Playa de la Concha, podrás visitar el Volcán de la Caldera, desde donde podrás vislumbrar las islas vecinas de Lanzarote y Fuerteventura, con las dunas de Corralejo en primer plano. Para culminar el recorrido, de vuelta hacia el lugar de inicio, podrás parar en la zona de Las Lagunitas, un enclave precioso donde el agua invade pequeñas áreas del litoral.

Precisamente este rincón acoge una de las atracciones más impresionantes de la Isla de Lobos, y es que el islote es un destino clave para la observación de aves. Junto a Fuerteventura, este islote es un imán para los amantes de la ornitología, debido a la gran diversidad de especies, ya sean endémicas de las Islas Canarias o aves migratorias. Al estar en una de las principales rutas migratorias del Atlántico, es muy común observar aves procedentes de zonas más frías al norte de las islas, con el fin de pasar el invierno en un entorno más cálido.

Por último, pero no menos importante, cabe mencionar uno de los capítulos más intrigantes de la historia del islote con el descubrimiento, en 2012, de un yacimiento romano. Este hallazgo arqueológico proporcionó una nueva perspectiva sobre la historia de la isla y el archipiélago en general. Los restos hallados hasta día de hoy señalan la existencia de un taller de púrpura como principal objetivo del asentamiento romano. Se trataba de un espacio de procesamiento de moluscos marinos típicos de la zona, de los que se obtenía el color púrpura que se usaba para túnicas y demás objetos, símbolo de prestigio y poder. El asentamiento se sitúa justo en la Playa de la Concha y es visible desde la misma, aunque no es accesible por el momento.

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